Por qué hablar de la comprensión lectora, por Clara I.P.

*POR CLARA ISIDORO PORTILLO

Al iniciar los estudios de maestría en educación primaria, durante el curso propedéutico se nos solicito que presentáramos una situación que mereciera ser intervenida, a partir de ésta giraría nuestro proyecto de intervención, para ese entonces mi forma de sentir la docencia hacia que no identificará ninguna situación, todo parecía estar bien. Sentía como si los catedráticos no tuvieran conocimiento de la forma de trabajar en la educación primaria, todo era sencillo y nada hasta el momento me había ocasionado conflicto. Sin embargo al analizar mi actuar cotidiano y observar a detalle los sucesos ocurridos en el aula de clase hicieron que me encontrará ante una realidad que había querido ocultar y como parte de este proceso ahora me encontraba ante un sin fin de problemáticas, desde las más simples hasta las más complejas.

Pude darme cuenta que los niños de sexto grado presentaban problemas en ortografía, redacción, razonamiento matemático, expresión oral, dificultades para preparar un tema y exponerlo ante sus compañeros y comprensión lectora entre otros. Sin olvidar que las faltas de respeto, actitudes de apatía entre compañeros y no saber trabajar en equipo eran otros aspectos que también llamarón mi atención.

Centre mi atención en la comprensión lectora, por considerarla como la piedra angular de los procesos cognitivos y metacognitivos en la formación continua de los alumnos y porque además a mi se me estaban dificultando las lecturas que teníamos que analizar y comentar en cada sesión en el curso propedéutico. Comprendí que para que todo estudiante pueda desarrollar al máximo sus comprensión lectora se hace necesario leer teniendo presente la finalidad de la lectura y encontrar sentido a lo que se lee al relacionarlo con conocimientos previos y dar utilidad al nuevo conocimiento adquirido a través de esa interacción con el autor del libro o texto que se esta trabajando. Considerar que dentro de las instituciones educativas se hace necesario hacer de la escuela una comunidad de lectores que acudan a los textos buscando respuestas para los problemas que necesitan resolver, tratando de encontrar información para comprender mejor algún aspecto del mundo que es objeto de sus preocupaciones (Lerner, 2004:72)

Al iniciar mis primeras investigaciones en torno al tema, me percato de que el desarrollo de la lectura es concebida como una tarea compleja, en la cual casi todas las reglas, indicaciones y retroalimentación, pueden ser obtenidas sólo a través del acto mismo de leer debido a que la asunción de significado se potencia a través de la adquisición de la habilidad de la lectura, mientras que la expresión del significado se desarrolla sobre todo mediante la adquisición de la habilidad de la escritura (Lipman, 1998:81). Si bien las diferencias culturales pueden afectar las inferencias que los niños hacen cuando leen, éstas no tienen que ser una limitante de la lectura. Sin embargo contar con un ambiente alfabetizador en el hogar favorece al desarrollo de este proceso. Por lo cual hay alumnos que pueden necesitar más ayuda que otros para utilizar indicadores textuales y contextuales para leer, lo cierto es que todos necesitan información y apoyo al trabajar con un texto que intentan comprender.

Los propósitos de la lectura tienen que ser diversos y de distinta índole: leer para reco­nocer un tipo particular de texto, para realizar una actividad práctica, para informarse, entre otros. Todos estos propósitos parten de la idea de que la lectura puede convertirse en una experiencia vital del niño para comunicarse, al darle, además de información, formación, inquietudes y placer. Para la formación de un buen lector son necesarios las motivaciones, los intereses, estos pueden ser totales al ser aquellos que impulsen la vida del hombre o parciales aquellos que en cierta medida atraen la atención de una sola persona u ocasionales, que se presentan en función de los estados emotivos o de requerimientos prácticos (Sastrias, 1995:21)

Además, la lectura proporciona el amplio conjunto de conocimientos necesarios para escribir la estructura de diferentes textos, la ortografía el uso de convenciones, las normas de puntuación, vocabulario, etc.

La propuesta consiste en realizar lectura diversificada de cuentos, poemas u otros tex­tos y fomentar la metacognición creando así sus propias estrategias de lectura y brindando la oportunidad para que el niño tenga contacto con todo este tipo de materiales dentro del salón de clases.

De manera reiterada en la Escuela Primaria “Miguel Hidalgo”, ubicada en la comunidad de San Pedro Arriba, primera sección, del municipio de Temoaya, las actividades en torno a la lectura siguen un patrón estereotipado que consiste en efectuar la lectura de un texto, ya sea en voz alta o en silencio, y a continuación dar respuestas a una serie de preguntas sobre el mismo (ya sean del maestro o de un cuestionario), las cuales con mucha frecuencia se basan en una recuperación directa de los contenidos (¿quién fue, qué hizo?). La sugerencia específica al señalar la necesidad de atender a distintos propósitos, es que la lectura permita a los niños dar respuestas a diferentes pre­guntas con relación al texto y puedan resolver problemas, promoviendo con ello sus posibilidades de comprensión.

Me parece interesante considerar las aportaciones que Isabel Solé propone al realizar una lectura, por ejemplo, en una actividad de lectura de cuentos, las posibilidades de trabajo con los niños pueden contemplar:

Antes de la lectura: comentarios sobre lo que se va a leer, relacionarlo con otros materiales que se hayan leído en la clase, el tipo de material impreso que contiene el cuento y actividades de predicción sobre su contenido,

Durante la lectura: el mostrar a los niños, sobre todo a los más pequeños, algu­nos aspectos como la direccionalidad en la lectura o la relación entre la imagen y el texto.

Después de la lectura: se pueden efectuar muchas actividades, las cuales ade­más llevan a una relectura para satisfacer un propósito particular (Solé, 2001: 93)

Dependiendo del nivel en que se encuentren los niños, se puede proponer que hagan una entrevista a los personajes, que transformen el cuento en una historieta o en un guión teatral, que relaten el cuento ya sea de manera oral o escrita al maestro o al grupo, que hagan un resumen o reconstruyan colectivamente la trama narrativa, que cambien el géne­ro en el cual está escrito (por ejemplo, de cuento a noticia de periódico), o que analicen colectivamente a partir de un esquema algunos elementos de la historia, como el escenario (¿Dónde estaban? ¿Cómo era el lugar?), los personajes (¿Quiénes eran? ¿Cómo eran?, ¿Cómo se vestían?) y las acciones involucradas.

De la misma forma, en la lectura de textos informativos, revisados por lo general en las otras áreas del plan de estudios, es posible diversificar los objetivos de la lectura y las actividades que de ella se pueden desprender dando con ello oportunidades a los niños de mostrar, por diferentes vías, lo que han comprendido. Por ejemplo durante el ciclo escolar 2008-2009, al trabajar el tema del Movimiento de Independencia de México con alumnos de sexto grado, se integraron equipos de cinco niños y se les pidió que representaran el hecho histórico mediante una obra de teatro, con esta actividad se mostraron motivados, participativos, manifestaron su creatividad y dejaron ver cómo interpretaron la información.

Con todos los niños, pero especialmente con los más pequeños es importante propiciar, antes y después de la lectura, sus comentarios y el intercambio de ideas sobre los materiales de lectura, el tema que abordan, la forma particular en que se presentan, los recursos que se utilizan en los diferentes tipos de textos y para qué sirven, proporcionando información explícita sobre estos aspectos. El niño desde antes de saber leer en el sentido convencional del termino, es capaz de anticipar el significado de un texto a partir de sus conocimientos previos, a partir de la imagen que acompaña la escritura, a partir de las características del portador del texto (Palacios, 1997:23) por ello cuando centramos nuestra atención en trabajar la comprensión de textos desde los primeros años de educación primaria, estamos potenciando en los alumnos el comprender cualquier texto y en los años posteriores podrán mejorar y responder a las exigencias no sólo de cubrir un programa, sino de desenvolverse de la mejor manera en su etapa de estudiantes y en su vida cotidiana.

BIBLIOGRAFÍA

Lerner, Delia. 2004. Leer y escribir en la escuela. Lo real, lo posible y lo necesario. Fondo de Cultura Económica. México.

Matthew, Lipman. 1998. Pensamiento complejo y educación. Ediciones de la Torre. Madrid.

Palacios de Pizani, A.M. Muñoz de Pimentel, D. Lerner de Zunino. 1997. Comprensión lectora y expresión escrita. Experiencia pedagógica. Aique Didáctica. México.

Sastrias, Martha.1995. Caminos a la lectura. Editorial Pax. México.

Solé, Isabel. 2001. Estrategias de lectura. Groa.12ª Edición. Barcelona.

*Estudiante de la Maestría en Educación Primaria. ENSEM.

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