FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN: PERSPECTIVA


FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN: PERSPECTIVA

María Eugenia Uribe González

 

La filosofía De la educación esta vinculada con la filosofía general por sus métodos más que por sus propósitos (Moore, 2006) lo cual la convierte en una metodología de análisis de las ideas, a partir de la cual se obtienen explicaciones y descripciones de la realidad, que a su vez se concretiza en teorías. En el caso de la educación existen teorías, a partir de las cuales la filosofía abre su campo de acción con la discusión y cuestionamientos sobre esa realidad, sobre el “ser” y el “deber ser” en el hecho educativo. Esta discusión se ve impregnada por las palabras “debe” y “debiera”, lo que les da un tono imperativo y apremiante. (Broudy, 1980). De acuerdo con lo anterior el papel que desempeñan los filósofos de la educación es la de analizar el lenguaje de la teoría y de la práctica educativa. Toda práctica implica una teoría y la teoría educativa es, por lógica, anterior a la práctica educativa. Quienes se dedican profesionalmente a las actividades educativas y con un grado variable de compromiso son los maestros. Ellos basan su práctica en teorías, lo cual tiene una intención para el logro de propósitos y metas educativas. Un propósito es en el sentido más amplio lo que se persigue al aplicar una teoría en el campo de los hechos y tiene un sentido ambicioso. En cambio una meta es el reconocimiento del logro en el campo práctico, es el alcance de lo planteado en lo inmediato.

En la filosofía de la educación se pretende responder a preguntas tales como:

·         ¿Qué involucra la educación?

·         ¿Qué es exactamente enseñar?

·         ¿Cuándo se puede afirmar con propiedad que se “sabe” “algo”?

·         ¿Qué criterios deben satisfacerse para decir que lo que un maestro hace puede caracterizarse como “punitivo”?

·         ¿Qué quiere decir que todos los niños deben tener “igualdad de oportunidades”?

·         ¿Qué significa “libertad” en un contexto educativo? (Moore, 2006)

Y otras más que se desprenden precisamente de esa confrontación entre la teoría y la práctica educativa antes mencionada y que fuerza a la revisión del uso de los términos, los cuales deben ser lo más claro posible (análisis conceptual), para proceder al estudio de la teoría educativa a partir de su coherencia interna, su conformidad con lo que se sabe acerca de la naturaleza humana y con las convicciones morales aceptadas, así como su practibilidad. (Moore, 2006)

Otra concepción de la filosofía de la educación es la que presenta Broudy (1980): “la discusión sistemática de los problemas didácticos, en un nivel filosófico, es decir, como la investigación de una cuestión pedagógica hasta dejarla reducida a una discusión en metafísica, epistemología, ética, lógica o estética, o a una combinación de estas”. El nivel más alto de la discusión es el filosófico, en el cual las partes defienden sus conceptos de valor en términos de una teoría acerca de lo que es realmente cierto, realmente valioso y realmente efectivo.

Es importante mencionar que en la discusión de temas de reflexión filosófica es normal ver inmiscuirse problemáticas relacionadas con el aprendizaje y la enseñanza, que propicia que se evidencie el encuentro o desencuentro de la verdad de los acontecimientos y de las cosas, como por ejemplo:

·         Las nuevas tecnologías de la información y el descubrimiento del ciberespacio con sus plataformas de conocimiento.

·         El análisis de la política educativa y el malestar generalizado que proyectan muchos de los sistemas de enseñanza.

·         El papel de la historia y la tradición.

·         La inteligencia prospectiva e innovadora como elemento que contribuye a los grandes cambios.

·         La preocupación ecológica y la formación bioética de los estudiantes.

·         El sentido del multiculturalismo y la globalización.

·         Construccionismo en la cultura y su influencia en la educación.

·         Las nuevas formas de agrupación político- social que impactan la convivencia de las personas, etc. (Cuellar, 2008)

Aunque es oportuno dejar claro que es importante la formación de individuos integrales, con un sentido no solamente de satisfacción sino de felicidad tras la intervención de sujetos profesionales en el hecho educativo, lo cual deseablemente producirá ciudadanos que impacten en el mejoramiento de las condiciones de vida de las sociedades cada vez mas demandantes en cuanto a los valores y principios que la regulan en el ámbito de la convivencia y el desarrollo de sus integrantes, todo esto con un sentido más humano.

En el caso concreto y con una pregunta orientadora que revela una gran inquietud: ¿existe una filosofía de la educación del estado mexicano?, lo cual involucra el análisis y consideración de diversos factores, de lo cual a continuación se hacen algunas reflexiones.

·         A pesar de la diversidad de concepciones que genera el término “filosofía” se asume que su campo de estudio es el conocimiento, la sabiduría y que además esta vinculada a la sociedad en que se produce.

·         La filosofía de la época se entiende como una acepción amplia de la filosofía y se menciona como: “representaciones o doctrinas que pretenden expresar la estructura del mundo por medio de una conexión más o menos coherente de conceptos e imágenes entrelazadas con principios de valor y con ideas morales que dan razón de la conducta de un individuo o de una comunidad entera. (Yurén, 2008) Es un producto histórico y no solamente académico.

·         La filosofía de la época se refiere además a concepciones que se nutren de la cotidianeidad, que se conforman a partir de lo diverso, que entrañan valores y que son simultáneamente ideología y cuerpo teórico. (Yurén, 2008). De alguna manera es válido decir que los seres humanos son producto de su tiempo y que se alimentan y a su vez alimentan a este concepto.

·         En el sentido académico la “filosofía de la educación” alude a la reflexión filosófica sobre la educación y sus fines.

·         La filosofía de la educación del estado mexicano tiene varios componentes relacionados, como son:

o   Productos académicos de profesionales.

o   Expresión educativa política de las vanguardias, de los partidos o de los gobernantes en turno.

o   Expresiones de concepciones arraigadas en sectores de la población.

o   Ideales impulsados por determinadas fuerzas sociales.

Todo ello se expresa coherentemente en los proyectos educativos.   

·         Estos proyectos se generan en torno a los fines y principios educacionales como producto social que guían la práctica política de grupos determinados y con concepciones implícitas en el actuar moral y político de las masas populares. (Yuren, 2008)

Por todas las razones mencionadas se explica que la filosofía de la época se asume por los integrantes de una sociedad en un momento determinado, por lo cual manifiesta el carácter de contemplativa o progresista, según la postura de grupos, ya que existe quien simplemente observa el mundo y prefiere mantenerlo a conveniencia o rechazarlo y contribuir a transformarlo. Esto se da en sociedades desiguales (como es el caso de México) , en donde además se percibe que en los proyectos de educación pública existen rasgos de filosofías conservadoras y de filosofías progresistas, aunque solo a los que se sustenten en la segunda se les considera propiamente como “proyectos”, ya que tienden implícitamente a modificar una realidad. “Tal es el caso de los proyectos que rechazando la teoría de la servidumbre natural ordenan una educación de igual calidad para todos los miembros de la sociedad.

Un tema que vale la pena analizar por su temporalidad pero sobre todo por la vigencia de algunos de sus elementos es el Proyecto educativo de la modernización (México), que inicia a partir de 1983, con la llegada de una ola globalizadora, que corresponde a un proceso gestado “siglos atrás”, en el cual se rompen las barreras que imponen las fronteras y marcos normativos nacionales y se da mayor libertad al mercado mundial. (Globalismo o teoría neoliberal). Así pues las empresas tienen ahora la libertad de tomar decisiones de corte económico que les favorezcan sin considerar como factor prioritario a los sistemas políticos vigentes en los diferentes países, con los cuales se entra en un esquema de concertación y negociación. El caso concreto de México inicia la “modernización” en 1983 cuando en el gobierno de Miguel de la Madrid Hurtado se genera el Plan Nacional de Desarrollo, con o cual se comienza a impactar en las decisiones económicas y en cascada en otros ámbitos de la vida nacional:

·         Control estricto de las finanzas públicas (austeridad)

·         Apertura comercial. (Atracción de inversión extranjera)

·         Reforma del sistema impositivo

·         Neopopulismo liberal (consensos con la población y asignación de recursos importantes para asistencia)

·         Corresponsabilidad social en la oferta de servicios.

·         Pluripartidismo político. (Elecciones cuestionables en 1998 y 2006)

·         Inicia el uso y aplicación del término: “competitividad”.

Aunque aparentemente el nuevo modelo de gestión  impulsaría a las nuevas sociedades al tránsito hacia nuevos y mejores estadíos, los resultados no son tan halagadores en algunos aspectos como son:

·         La pobreza afecta a la mitad de la población, sobre todo del área rural.

·         La falta de oportunidades educativas y laborales ha incrementado el número de emigrantes hacia EEUU.

·         El capital trasnacional y financiero concentran un gran poder económico y político, que ha afectado enormemente a pequeños comerciantes y pequeños empresarios. Las trasnacionales se han extendido en prácticamente todo el planeta.

·         Los medios son sostenidos por los grandes capitales, en donde las minorías atraen la atención de las mayorías y dictan las reglas de la belleza, la bondad y la verdad, con el consecuente consumismo.

·         Existe descontento social y se manifiesta en grupos reaccionarios (EZLN, APPO, APPM, MORENA, Convención Nacional, Yo soy 132, etc.)

·         La educación debe contribuir a combatir desigualdades, hacer más eficaz y justo el desarrollo.

·         La calidad de la educación se centra en el logro de indicadores de gestión. (grado de estudio de los profesores, elevación de normal a licenciatura, correspondencia optima entre los planes y programas de formación de docentes y los de educación básica (preescolar, primaria y secundaria), etc.)

·         La educación superior sufre “Reformas”, pero sustancialmente le quitaba el carácter de abierta a la población al darle tintes de “elitista” por sus procesos de selección de aspirantes, así como normar su cobertura a las posibilidades de empleo posterior y retirarle el calificativo de “gratuita” o “semi gratuita”

Una vez implementado el modelo se observan los rasgos que se mantienen durante los periodos salinista y zedillista:

·         Revisión y racionalización de los costos educativos. Descentralización de los recursos que administra la federación y transferirlos a los organismos estatales.

·         Se requiere continuar elevando la calidad de la educación.

·         Diversificación de los sistemas abiertos y la utilización idónea de los medios de comunicación. (educación a distancia, tele educación, etc.)

·         Competitividad, con la consecuente discusión respecto a la solidaridad nacional (contradictorio)

·         La educación al servicio de un desarrollo económico de corte neoliberal. Es una inversión a largo plazo.

·         Ajustes al marco normativo (Ley Federal de Educación, Artículo 3º constitucional, etc.) para dar apertura a modelos que privilegian a ciertos grupos (empresariales o ideológicos (religiosos))

·         Se menciona a la necesidad de involucrar y corresponsabilizar a la familia del proceso educativo de los menores. (Participación social)

·         Se estimula a la productividad y a la formación continua (Carrera magisterial)

·         Se centra la enseñanza en el aprendizaje para la vida y la educación permanente.

·         La importancia de la equidad. (atención preferente a los grupos más vulnerables). Disminución del rezago por medio de programas de educación para los adultos y formación para el trabajo.

Ya para el periodo 2000- 2006 se mantienen las líneas de acción principales, pero además se incursiona en los modelos de evaluación para el mejoramiento y la comparación contra estándares nacionales e internacionales. De la misma manera es menester el propiciar que las instituciones puedan integrarse y adaptarse a un entorno cambiante y altamente demandante.

La educación básica se especializa en formar al nuevo ciudadano que la nueva sociedad requiere para vivir y convivir adecuadamente, mientras que la educación superior se encargará de formar a los profesionales que requiere la vida política, social, cultural y científica del país. (Yuren, 2008)

Es necesario además actualizar los modelos de gestión –organizacional y académica- para que los nuevos ciudadanos puedan acceder a más y mejores oportunidades de desarrollo y vida digna, a partir de los conocimientos, habilidades, valores y actitudes que desarrollen, ya que al ser tan cambiante y tan demandante el entorno actual y futuro es necesario insertarlo en un modelo por competencias que le permitirá aprender a lo largo de toda la vida y manejar el enorme cumulo de información que se genera a diario.

El reto para los docentes formadores de este nuevo ciudadano del siglo XXI puede resumirse en:

·         De ser transmisores del conocimiento pasan a ser profesionales en los procesos para la generación, apropiación y uso de ese conocimiento.

·         Contar con capacidades para trabajar en ambientes de tecnologías de información y comunicación.

·         Despertar el interés, la motivación y el gusto por aprender. Estimular la curiosidad, creatividad y análisis.

·         Fomentar el trabajo en equipo.

·         Deberán tener –además- la disposición para aprender por cuenta propia y en interacción con otros.

·         Una intachable autoridad moral que les permita enseñar valores y actitudes con el ejemplo.

Rasgo importante que se destaca en este periodo es que los procesos y actores educativos se insertan en un modelo de evaluación, que permea en la atención, cobertura y equidad, así como en la asignación de los recursos. Se dota de mayor énfasis a la Formación Cívica y Ética como eje para la transformación de la sociedad, tan necesaria e importante en prácticamente cualquier nivel educativo y cualquier entorno geográfico de la nación.

Finalmente se menciona que la presencia ideológica y filosófica que sustenta lo anteriormente dicho se encuentra en los documentos –cuyo análisis exhaustivo y exclusivo- merece otro estudio, son los que se mencionan a continuación:

Enseñar y aprender hacia la sociedad cognitiva. El  libro blanco sobre la educación y la formación”, publicado en 1995 como parte de los trabajos para conformar la Unión Europea.

La educación encierra un tesoro”, publicado como Informe de la UNESCO en 1996 y coordinado por J. Delors.

 REFERENCIAS.

 BROUDY, Harry S. Una filosofía de la educación. Editorial Limusa. México. 1980.

CUELLAR Pérez, Hortensia. ¿Qué es la filosofía de la educación?  Editorial Trillas. México. 2008.

MOORE, T.W. Filosofía de la educación. Editorial Trillas. México. 2006.

YUREN Camarena, María Teresa. La filosofía de la educación en México: principios, fines y valores. Editorial Trillas. México. 2008.

 

 

 

 

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