LA EDUCACIÓN SUPERIOR EN MÉXICO
Por: Abel Esaú Fabela Alanís

La educación superior en México es un tema de interés  en los debates sobre el futuro de la misma, la cual requiere de un gran impulso para continuar mejorando su calidad y ponerla a nivel competitivo en medio de la realidad global en la que nuestro país esta inmerso.
En México hay muchos jóvenes los cuales no estudian el nivel superior por falta de interés, por problemas económicos, o porque no pasan los exámenes de selección. Estudiar el nivel superior es importante,  ya que  permite una superación intelectual  y personal, además de conseguir  mayores oportunidades de encontrar un trabajo.
Díaz Barriga (1995) refiere a que  partiendo de las   evaluaciones externas   realizadas  al sistema de educación superior de nuestro país en los años noventa, por diversos organismos internacionales, como el Consejo Internacional para el Desarrollo de la Educación (CIDE), El Banco Mundial, los solicitados a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y como miembro de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), así como de la Comisión  Económica para América Latina (CEPAL) surgen algunas recomendaciones de parte de estos organismos para mejorar las deficiencias en materia de educación superior en donde el Banco Mundial en 1995 impulsaba una transformación de la educación acorde con las estrategias de libre mercado respaldando la privatización de las universidades, mientras que la CEPAL y la UNESCO proponían el desarrollo e implementación de políticas educativas que incorporaran los requerimientos del crecimiento económico y de la equidad social, desde la óptica del desarrollo humano sostenido, así mismo como una obligación del estado de fortalecer la educación pública y reforzar el financiamiento de la misma. Partiendo de lo mencionado por el autor considero que no se debe permitir la privatización de la educación superior porque muchos jóvenes quedarían sin tener esta oportunidad de accesar a la educación superior y considero de gran relevancia las recomendaciones realizadas por la CEPAL y la UNESCO ya que es urgente la necesidad de ampliar su cobertura, hacerla más equitativa dando la posibilidad de acceso por igual a este nivel educativo a jóvenes de todos los estratos sociales y que el Estado tiene la obligación de financiar y mejorar el servicio.
La educación superior hoy enfrenta nuevos desafíos, en el que nuestro gobierno (federal, estatal y municipal)  tiene un compromiso, ofrecer una educación superior en condiciones de calidad, pertinencia, cobertura y equidad equiparables con los indicadores internacionales. En la actualidad estamos  inmersos en un contexto de la sociedad del conocimiento en proceso de desarrollo donde cada día tenemos exigencias educativas y en donde nuestro sistema de educación superior deberá proporcionar una formación de calidad que deberá combinar en todas las carreras elementos de índole humanista, científica y técnica.

Para Enrique Luengo (2003)
Los retos y las metas cuantitativas en educación superior, con las dificultades del caso, pueden ser atendidos con el transcurso de los años. El desafío mayor es decidir con qué contenidos educativos, con qué estrategias pedagógicas, con qué tipo de organización universitaria, con qué propósito o aspiración social y en qué dirección debe darse este crecimiento (p.19).

La UNUIES  elaboró, en  1999, el Documento La Educación Superior en el siglo XXI. Líneas estratégicas de desarrollo,  en el cual se basa el gobierno federal en los que nos marca un panorama sobre los problemas que enfrenta la educación superior en México y en el que Guillermo Villaseñor, afirma: "No se trata de una nueva política  sino de la confirmación de las principales líneas de la política actual" que el Banco de México nos exige para competir en dicha globalización.
Boaventura de Sousa Santos (2005) refiere que en los últimos 30 años, los países de América Latina han experimentado una reducción del compromiso del Estado hacia la un universidad pública, lo cual se ha reflejado en una reducción de su financiamiento. Esto en consecuencia ha generado una crisis institucional, en virtud de que el financiamiento aportado por el Estado le confería una autonomía científica y pedagógica. De esta manera, la universidad pública está dejando de ser una prioridad entre los bienes públicos producidos por el Estado, para dar paso al sector privado en dicha producción.
En la actual sociedad del conocimiento y de la globalización, en el cual se ve inmerso México, el sector privado, tiene preferencia para ocupar puestos operativos y administrativos por aquellos profesionistas egresados de universidades privadas y aún más si fueron formados en   universidades extranjeras.  Esta  preferencia se debe en gran medida a que la preparación académica de los estudiantes  es superior a la recibida en las universidades públicas. Lo anterior, principalmente en los países desarrollados, es debido a que la asignación de recursos a la educación superior es mayor que en el resto de los países como México, garantizando un mejor panorama profesional. En las universidades públicas no se renueva ni incrementa la educación académica, se ha disminuido el salario de los profesores y no se habilita infraestructura educativa, lo que las imposibilita para hacer frente a las demandas de profesionistas de calidad que reclaman los sectores sociales absorbidos por el proceso globalizador. Como lo hemos visto el sector privado en cuanto a la educación superior se refiere va creciendo y ganando terreno a las universidades públicas.
En los últimos años y en los próximos el reto fundamental ha sido, y será, mejorar la calidad de los servicios universitarios, no perdiendo de vista que el objetivo es que la educación superior participe activamente para generar un ambiente de oportunidades que apoyen las estrategias de equidad que deben complementar la apertura económica del país; donde se fomente un aprendizaje más emprendedor, participativo y de calidad adecuado a las crecientes necesidades de recursos humanos calificados de los sectores productivos y sociales del país.
Para ANUIES (2000)
Sociedad y gobiernos tendrán que elevar significativamente la inversión a este sector estratégico para el desarrollo de todos los sectores de la sociedad. Un nuevo pacto social entre gobiernos, sociedad e instituciones de educación superior deberá llevar a la definición de una política de Estado que haga viable las transformaciones estructurales que se demandan con una visión de largo alcance (p.9).
Se trata ahora de conocer el funcionamiento de las instituciones de Educación Superior (tanto públicas como privadas) utilizando como criterio principal la evaluación de la calidad de la docencia, de la formación de sus profesores, la investigación y el servicio rendido a la comunidad.
Esta  calidad de la educación superior está representada por la medida en que las instituciones que la imparten cumplan con las funciones que les han sido encomendadas. Estas funciones son principalmente de naturaleza académica, ocupacional, distributiva, política y cultural, lo que en términos operacionales, según Carlos Muñoz Izquierdo (1992), significa que las instituciones de educación superior deben satisfacer los siguientes criterios:
  • El de relevancia, que se refiere al grado en que los objetivos de la educación responden efectivamente a las necesidades, aspiraciones, intereses y posibilidades de cada uno de los sectores a los cuales se dirige.
  • El de equidad en la distribución de oportunidades educativas, que no se refiere solamente al acceso a la educación superior, sino también a las probabilidades de concluir con éxito los estudios iniciados.
  • El de eficacia o efectividad de la educación superior, que se refiere a la medida en que los objetivos propuestos se alcanzaron realmente.
  • El de eficiencia de la educación superior, el cual, como en otros casos, se refiere a la relación que se obtiene entre los resultados de la educación y los recursos dedicados a ésta.
¿Cuál es la mejor oferta educativa? ¿La pública o la privada? Sin duda cada sector tiene sus propios indicadores que utiliza para demostrar el por qué de su existencia, la certeza de su prestigio y la alta calidad de sus planes de estudio.
Con lo que refieren estos autores en esta reflexión considero que los jóvenes mexicanos debemos luchar para que  en las instituciones de educación superior ya sean públicas o privadas verdaderamente se logre  la calidad, la pertinencia, la  cobertura y la  equidad para que realmente podamos ser competentes en la globalización y la sociedad del conocimiento en la que nuestro país está inmerso y que no dejemos que éste ambiente nos rebase sino todo lo contrario ir a la par de lo que las nuevas sociedades van exigiendo y que verdaderamente podamos resolver las problemáticas que vayamos enfrentando ya que de no ser así nuestra escuela pública va a ir siendo absorbida día a día por el sector privado. Debemos exigir a nuestro gobierno en todos sus niveles que se invierta y apoye mas a la educación superior sobre todo en el sector público para que tengamos más oportunidades de accesar a ellas con la calidad del servicio que tanto anhelamos  y que nuestro sistema de educación superior sea un modelo con características propias acorde a nuestras necesidades como país y no una copia de otras naciones.

Referencias bibliográficas.

-Santos Boaventura de Sousa 2005. La Universidad en el Siglo XXI. Para una reforma democrática  y emancipadora de la universidad. Andamios. Revista de investigación social, Universidad Autónoma de la Ciudad de México.
-Villaseñor  Guillermo. Políticas de la Educación Superior en México y en el Mundo. ¿Hacia dónde va la Universidad Pública?: La educación superior en el siglo XXI México DF: UAM-X, CSH, Depto. de Relaciones Sociales; 2002
1a. edición
- Carlos Muñoz Izquierdo 1992. Problemas Actuales de la Educación Superior en América Latina. La Universidad de Hoy y Mañana.
-ANUIES. 2000. La Educación Superior en el Siglo XXI. Líneas estratégicas de desarrollo.
- DIAZ Barriga, Ángel (1999). “Contexto nacional y políticas públicas para la educación superior en México 1950-1995”, en Hugo Casanova y Roberto Rodríguez (comp). Universidad contemporánea: política y gobierno. Tomo II. México, CESUUNAM/Grupo editorial Porrua.
-Enrique Luengo González 2003. Tendencias de la educación superior en México: una lectura desde la perspectiva de la complejidad. UNESCO, IESSACC, ASCUN.






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